Las claves del impuesto a las remesas de migrantes en EE.UU.: así funcionaría la controversial propuesta

Publicado: 27 may 2025, 20:02 GMT-4

(Telemundo Atlanta) - Una nueva medida legislativa impulsada por el presidente Donald Trump ha desatado una fuerte controversia entre comunidades migrantes en Estados Unidos.

Se trata de un impuesto propuesto sobre las remesas que los migrantes, incluso los que poseen residencia legal, envían a sus países de origen. La iniciativa, ya aprobada por la Cámara de Representantes como parte de un paquete fiscal más amplio, aún debe ser ratificada por el Senado, pero ya genera alarma por su potencial impacto en millones de familias de México, Centroamérica y el resto de América Latina.

La propuesta forma parte del llamado “proyecto de ley grande y hermoso”, un plan fiscal promovido por Trump que contempla, entre otros puntos, gravar las remesas con una tasa superior al 3%.

Aunque el mandatario había planteado originalmente una tarifa del 5%, las presiones de la industria de las transferencias internacionales y de sectores moderados del Congreso lograron reducirla al 3.5%. Aun así, la administración proyecta recaudar 22,000 millones de dólares entre 2026 y 2034, lo que equivale a unos 2,700 millones de dólares anuales.

¿Cómo funcionaría el impuesto a las remesas en Estados Unidos?

El impuesto aplicaría exclusivamente a migrantes no naturalizados, lo que incluye a quienes tienen Green Card o residencia permanente. Esto significa que los ciudadanos estadounidenses, por nacimiento o naturalización, quedarían exentos, centrando la carga tributaria en migrantes extranjeros, independientemente de su estatus legal.

El principal argumento de la administración Trump para promover esta medida es aumentar los ingresos fiscales y, al mismo tiempo, desincentivar la migración irregular. No obstante, analistas advierten que podría generar el efecto contrario: incentivar el uso de canales informales o criptomonedas para evadir el impuesto, lo que a su vez complicaría su fiscalización.

“Es esencialmente un impuesto a los más pobres”, declaró Andrew Selee, presidente del Instituto de Política Migratoria en Washington. Para muchas familias latinoamericanas, las remesas son un salvavidas económico. En países como Honduras, Guatemala, El Salvador y Haití, las remesas representan entre el 18% y 25% del Producto Interno Bruto (PIB).

México, aunque con menor proporción respecto al PIB (3.5%), es el mayor receptor absoluto de remesas: en 2024 recibió 64,750 millones de dólares, de los cuales 62,500 millones provinieron de EE.UU.

Estados Unidos es, de hecho, el mayor país emisor de remesas del mundo, con más de 656,000 millones de dólares enviados al extranjero en 2023, según datos del Banco Mundial. Ante este contexto, organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes han empezado a movilizarse en contra de la medida, argumentando que penaliza a quienes ya contribuyen económicamente tanto en su país de acogida como en sus comunidades de origen.

De aprobarse finalmente, el impuesto no solo afectaría el bolsillo de los migrantes, sino también la estabilidad económica de millones de hogares en América Latina, Centroamérica y el Caribe. La propuesta sigue en discusión y promete convertirse en uno de los temas migratorios más controvertidos del actual ciclo político estadounidense.